Mis primeros viajes a la playa con amigos fueron a los 15 y 16 años. Dos playas vírgenes: Maruata en Michoacán y Chacahua en Oaxaca.
Estos viajes marcaron mi adolescencia para siempre.
Más que la diversión de explorar y experimentar por primera vez un viaje sin adultos, estos dos viajes me abrieron los ojos sobre otra forma de experimentar la vida. En paz. De pronto no había mucho que hacer, pero el simple hecho de estar con tus amigos en la playa era divertido.
Una simple charla, siesta, caminata o fogata… el secreto estaba en la sencillez.
Sabía lo que venía. El regresar a la escuela, ir a la universidad y finalmente entrar al mundo del trabajo. Ese era mi camino natural ya trazado.
Mis sueños de libertad quedaban atrás. Esas playas paradisiacas que había descubierto en mi adolescencia parecían ahora, un espejismo que nunca existió.
Había llegado mi hora de enfrentar el mundo de las preocupaciones, los pendientes y el trabajo. Esa vida tan inconsciente y mundana que te arrastra con la misma fuerza que un río.
Sabía que llegaría. Nada más lo estaba aplazando lo más posible en mi mente.
En mi caso, lo tuve claro desde finales de la Universidad.
Iba a cambiar preocupaciones, pendientes y trabajo por dinero y diversión.
Y Habanero Blue era mi forma de conseguirlo.
Cuando hablé por teléfono por primera vez a Habanero Blue, me contestó Josef, uno de los socios. No recuerdo bien lo que platicamos, pero le compartí mi entusiasmo de formar parte de su empresa y le presenté mi idea de construir una TV por Internet. No sé bien de dónde sacaba todas esas ideas locas pero lo tenía claro, en ese mundo del 2010 donde la TV era el rey 👑, había que empezar a poblar el Internet de contenidos audiovisuales.
Me dijo: “Déjame lo platico con Carlos (también conocido como “Chacha”), mi otro socio y vemos qué podemos hacer”.
Entendí muy bien después de platicar con ambos socios, que Habanero Blue no era una agencia de publicidad consolidada, sino un proyecto independiente que estaba en plena gestación.
Hasta ahora, habían conseguido grabar algunos pilotos para cadenas de TV regionales, pero nada más.
Con un entusiasmo desmesurado y una pizca de ingenuidad, pensé: “Ese contenido que ya tienen está perfecto para empezar. Ya iremos generando nuevo contenido y muy pronto nos patrocinarán las grandes empresas”.
La idea no era mala. El business plan inexistente.
Aún así, me dejé llevar por la euforia y la energía que acompañan a todo nuevo emprendimiento: “Si le echamos ganas, ¡claro que va a funcionar!”
Ganas hubieron. Trabajo también.
Estrategia no. Dinero tampoco
Creamos algo que hasta la fecha, sigue siendo uno de los mejores sitios de Internet que he visto, el ahora inexistente habaneroblue.tv
El sitio se conformaba de las siguientes secciones:
- Multiblog: Cada semana, escribíamos un artículo de Blog desde una ciudad distinta:
• Lunes – Yo escribía sobre algún tema desde la Ciudad de México.
• Martes – Ronny (el primo del Camote) desde Guadalajara.
• Miércoles – Chacha desde Cancún.
• Jueves – Josef desde Playa del Carmen.
• Viernes – Tina desde París.
• Sábados – Abiertos a recibir artículos del público.
En total, duramos 17 semanas de redacción ininterrumpida. ✍🏻Así se veía la sección MultiBlog de Habaneroblue.tv - Habanero TV: Habanero TV era la joya 💎 de la corona. Aquí es donde íbamos a tener 5 canales de TV con pequeñas cápsulas de menos de 10 minutos sobre diferentes temas que nos apasionaban:
• ElektroLife: El backstage y entrevistas a DJs de Música Electrónica.
• Precaución Extrema: Todo sobre los Deportes Extremos.
• Tirando Rollo: Una entrevista a una personalidad al mismo tiempo de una sesión fotográfica.
• On the Road: Bitácora de viajes (nunca grabamos nada).
• Raíces: Cultura (tampoco grabamos nada). 😅
Así es como se veía la pantalla de nuestro sitio Habanero TV:Nota para el usuario: al seleccionar una TV con tu mouse, cambiabas de canal. 📺😎 - PhotoBlue: La idea era publicar imágenes de los eventos a los que acudíamos 📸. Esta idea la había traído de la Universidad, cuando en Primeline TV tomábamos fotos en las fiestas y las publicábamos al día siguiente en un sitio de Internet. Eran un exitazo. 🔥 Sitios como tonight.com hacían lo mismo con visitas a antros (discotecas) en la Ciudad de México para sacar fotos y publicarlas en su sitio web. Hacían dinero.
Una de las mejores anécdotas del Photo Blue, es cuando me tocó cubrir el evento de Darren Emerson – ex miembro de la agrupación Underworld, los que hicieron el soundtrack de la película Trainspotting. Fue en un antro de la Ciudad de México. No sabía nada sobre fotografía y justo ese día, yo era el único en la ciudad para cubrir el evento.
Pocos meses antes, mi papá se había comprado una cámara digital 📸 que cuidaba como un tesoro de la conquista. Le pregunté esa noche si me la podía prestar para cubrir el evento y su respuesta fue corta y tajante, como la de un militar francés 🫡🪖: “No”.
Pensé que ya no habría solución, así que me fui a cenar desilusionado antes de subirme a dormir.
Cuando todos estaban dormidos, vi la hora en ese clásico radio despertador blanco con números rojos que tenía en mi cuarto. Eran las11:30 PM 🌠. “¡Todavía estoy a tiempo!”. Así que me vestí de prisa, corrí al cajón en donde estaba la cámara guardada, tomé las llaves del coche y atravesé toda la ciudad de México a la media noche. 🚗 💨
Intenté no parecer como un fotógrafo amateur aunque seguramente no lo logré. 😂
Las fotos no fueron de gran calidad. Pero el trabajo se hizo. ✅😉
- Radio: En radio íbamos a tener un podcast mensual platicando anécdotas y lo mejor que pasaba en en el mundo de Habanero Blue. Solo grabamos 2 episodios y morimos de la risa en ambos.
Este es un ejemplo de una de las cápsulas que hicimos para Habanero TV y que todavía puedes encontrar en Youtube:
Johan Nungaray «El gato Volador» en Precaución Extrema.
Hasta la fecha, sigo pensando que Habanero Blue era un GRAN proyecto.
Innovador para su época.
Pero en ese entonces, nadie entendía bien lo que hacíamos. 😅
Nunca tuvimos los recursos necesarios para aguantar hasta que el proyecto fuera rentable. Ni ideas para monetizarlo antes.
Después de varios meses remando contra la corriente, en casa empezaban los cuestionamientos: “Lo que haces es un hobby, no es un trabajo”.
Me hubiera encantado decir lo contrario, pero al final, solo fue un intento fallido de trabajo.
El proyecto hizo mucho ruido. El diseño ara atractivo, el logo magnético, el concepto inusual. Mucha gente se nos acercó para conocer más sobre el proyecto o para querer formar parte de Habanero Blue. Al final, todo quedaba en buenas intenciones.
En otras palabras, mucho ruido y pocas nueces. 🌰🐿
Ya era el verano del 2011 y mis sueños de ir a vivir a la playa seguían sin cumplirse.
Una noche, trabajando en mi computadora desde casa, me apareció un banner para un hotel: Club Med.
En casa, conocíamos perfectamente esa cadena hotelera.
No solo porque habíamos sido huéspedes de sus resorts en las playas de Ixtapa y Cancún cuando éramos chicos, sino porque todo francés conoce perfectamente el Club Med.
Fue la primer cadena hotelera todo incluido que se creó en el mundo.
Viene con un trasfondo de 2da guerra mundial en donde para olvidar la guerra, la idea era irte de vacaciones y olvidarte de todo, inclusive del dinero.
Solo por curiosidad, le di click a ese banner.
Llegando a su sitio web, lo primero que me brincó fueron vacantes para trabajar como G.O. – o en otras palabras: animador de playa.
Completé el formulario y me fui a dormir.
Un par de semanas después, recibí una respuesta a mi solicitud.
Un correo de María Torres me invitaba a una entrevista de trabajo en el corporativo en la calle de Masaryk, Polanco.
Me presenté a lo que pareció ser más una obra de teatro que una entrevista.
Éramos quizás 10 personas en total. Todos jóvenes.
Con vestuarios, pelucas y accesorios de playa, representamos algunas escenas en un hotel de ficción frente a un jurado.
Al salir de ahí con más pena que gozo, caminé hasta el Metro Polanco. Abordé en dirección al sur hasta llegar a la última estación de la línea naranja, Barranca del Muerto. De ahí, caminé hasta el periférico para tomar un pesero por otros 40 – 60 min hasta llegar a Tepepan. Por último, caminé por la subida para llegar a casa de mis papás por otros 15-20 minutos.
Mi tradicional vía crucis capitalino al salir de casa en transporte público.
Al momento de llegar y cruzar la puerta, sonó el teléfono. Corrí a contestar
Maria Torres: “Billy, necesitamos refuerzos para el Club Med Ixtapa, ¿estás disponible para viajar mañana?”
Al día siguiente, me fui a vivir a la playa.